miércoles, 13 de abril de 2022

Hechos Históricos (1881) – Pedro Ríos Yépez y Eliseo Salcedo Ruíz

     

PARTICIPACION DE PEDRO RIOS YÉPEZ (1854) ELISEO SALCEDO RUÍZ (1856) Y OTROS DURANTE LA GUERRA CON CHILE 

Pedro Ríos Yepez

  

Eliseo Salcedo Ruíz




Cuando las tropas chilenas tomaron la provincia de Pacasmayo, se nombraron varios jefes al mando de la provincia, como el comandante Villareal, Arellano, Fuenzalida y Carballo, todos ellos para sostenerse imponían cupos a los hacendados y personas de dinero, creando a todo esto una situación difícil para la región.

Los chilenos para conseguir este objetivo se diseminaban en “guerrillas” por las poblaciones y haciendas de la zona.

Cierto día el humilde campesino sanjosefano Fernando Terrones Asencio enfrento a un grupo de chilenos que intentaban abusar de su madre y hermana, solo con puñal y poncho en mano se lanzo a enfrentar a los facinerosos; salvando el honor de la mujer sanjosefana; un chileno logro escapar y avisó a sus superiores; siendo contado el acto.

Furioso Orellano el jefe chileno, ordeno desde San Pedro de Lloc que el pueblo de San José fuera quemado y que el sargento Alvares con tropa encontrara el culpable del asesinato.

Las órdenes de Orellano fueron cumplidas al pie de la letra; ante la impotencia de los sanjosefano y el llanto de las mujeres al presenciar el terrible espectáculo.

Los pobladores y familias de San José huían a las partes altas del pueblo para salvar sus vidas; como don Aniceto Sisniegas Sandoval gobernador de la época y los hermanos Manuel y Pedro Sifuentes (abuelo y tío abuelo del poeta sanjosefano nixa); que veían arder sus casas y propiedades no antes de Haber saqueado lo más valioso de ellas.

La iglesia del pueblo no fue ajena al atroz incendio; los chilenos robaron sus cosas de valor y arrojaron a los santos al suelo; en forma de fogatas para luego arderlos; apenas doña Mercedes Neira Ortiz y su hermana doña Rosario Neira Ortiz junto a don Felipe Ahumada lograron rescatar de las llamas y el humo al Patrón San José Patriarca y a la Virgen Dolorosa.las hermanas Neira mantuvieron a los santos en su también afectada vivienda por dicho incendio.

La torre del reloj (como es actualmente) en aquella época era la del campanario, en dicha torre del campanario yacían cuatro campanas; dos grandes llamadas Santa María De los Ángeles y

María Angola que datan de 1809, donadas por el Cura y Vicario Julián de texada y gastelumendi una mediana llamada santa clara y la más pequeña llamada María Jesús ambas donadas por el convento de Guadalupe que datan de 1870.

Una de las mencionadas (las campanas); LA MARIA ANGOLA que era de bronce y tenía el sonido más agudo fue llevada durante el incendio de la iglesia por los chilenos.

Don Cayetano Collao decía así: estos rotos no han respetado a Dios y mucho menos se respetaran entre ellos; decía esto al ver desde lejos como se arranchaban la posesión de lo robado.

Los moradores de San José desde las parte atas del cerro San José divisaban como las llamas habían consumido sus viviendas.

Los chilenos habían arruinado a San José, pero esto no intimido a San José, con juntamente lograrían una pronta reconstrucción

Esto llegó a oídos de los Hacendados y días después, en circunstancias que  una tropa de estas guerrillas de Guadalupe iba con dirección a san Pedro de Lloc, avisaron a Pero Ríos Yepez de San José y éste de inmediato convocó a sus amigos Eliseo Salcedo y Ruiz, Antonio Saavedra, Santiago Cerna, Manuel Collao, Roberto Luna, los hermanos Manuel y Pedro Sifuentes (abuelo y tío abuelo de NIXA) y Aniceto Sisniegas (gobernador de la época) y otros mas ,ente ellos acordaron que parte de ellos esperarían en el portachuelo de vista Alegre y atacaran en ese sitio a la guerrilla que pasaría por allí ,mientras los hermanos Sifuentes y el alcalde y otro más servirían de protección al pueblo si saldría algo mal.

Salcedo, se encargó de traer las armas que tenían en la Hacienda Talambo, de su propiedad, el resto de amigos se encargaron de reclutar apoyo de tiradores calificados de la zona.

Pues en aquella época los hacendados tenían provisiones de ellas en sus casas y a caballo se posesionaron de la parte mas estrecha del portachuelo, donde al entrar los chilenos que venía en numero de 25, fueron recibidos a balazos por los atacantes. Don Pedro montaba uno de sus “briosos” caballos, que tanta fama tenia y que encabritándose no le dejaba “hacer blanco”. Se demoró y cargando su fusil a pie se puso a la cabeza de sus compañeros, que a caballo seguían atacando,. la lucha fue dura y los chilenos en su mayor parte retrocedieron.

Don Pedro se había alejado bastante, adelantándose a su grupo y cuando los chilenos que por la estrechez del lugar, no podían darse cuenta del numero del los peruanos que combatían, huyeron, se volvió encontrándose solo y sin cabalgadura, sus compañeros se habían retirado para defender a la población. El caballo de don Pedro espantado por los tiros tomo camino al “Ventarrón”, donde José Gregorio, al ver llegar a la bestia son jinete, exclamo:”Ya mataron a mi hijo” y se preparaba para salir en su búsqueda, cuando alcanzo a ver que entraba al patio de la hacienda a pie y calzando en espuelas, este refirió a su padre lo ocurrido y montando a caballo se encamino a Ñampol, donde residía.

Tiempo después en el mes de junio, al sucederse los hechos en San José de Bellavista, producidos por Manuel Fernando Terrones, quien defendió a la mujer san josefina del ultrajo invasor, esto fue duelo y tragedia para el pueblo de San Jasé. Los chilenos enfurecidos vengaron la muerte de sus compañeros con salvajismo y bestialidad saqueando la población e incendiándola. Los chilenos en sus afanes de capturar al “asesino” fueron a “ventarrón” y se entrevistaron con don José Gregorio, para informarse del paradero de don Pedro que era patrón de Terrones. Estas fueron sus expresiones: “a su hijo le tenemos muchas ganas, por que anda SOLIVIANTANDO a la gente contra nosotros y hasta se nos ha enfrentado con armas (se refería al ataque del portachuelo) y notificaron a don Gregorio, por que al no aparecer su hijo se presentara el en la comandancia chilena de San Pedro de Lloc. Ríos Yépez que no salió de “Ñampol”, sabiendo que querían apresarlo, se presento ante su padre para impedirle que fuera a san Pedro de Lloc, presentándose en su lugar. Así fue como los chilenos consiguieron ponerlo en prisión, donde permaneció por varios días. Además don Pedro sabía el escondite de su peón, (que se encontraba en los cañaverales de Cultambo), pero la sangre del patriota hervía por sus venas. La indignación más profunda y desprecio por la vida lo mantuvo en silencio. “pueden fusilarme”, decía desde su calabozo.

Se le dio el plazo de 48 horas, para que hicieran venir a Terrones y transcurrido este, estando ya en “capilla” para fusilarlo, donde Nicanor de la Fuente, personaje de mucho prestigio en nuestra provincia, se presento y abogo por Ríos ante el comandante Orellana logrando su libertad gracias a sus influencias. Pero también se supo que Terrones se presento en San José y luego ante la comandancia en san Pedro de Lloc, valientemente confeso que el solo había defendido el honor de la mujer san josefina. Terrones fue fusilado el 25 de junio de 1882 y el pueblo de San José que se encontraba en ruinas.

Así Terrones demostró su consideración hacia su patrón y don Pedro no se dejo intimidar por los invasores, enfrentándolos.

Pedro Ríos: luego de la invasión chilena

Luego de la firma de paz entre Perú y Chile, don Pedro Ríos seguía siendo un gran hombre que gozaba del aprecio del pueblo y la provincia.

En 1894 al sucederse la revolución de Piérola, don Pedro Ríos Yépez y sus amigos, Eliseo Salcedo Ruíz , Santiago Cerna, Manuel y Pero Sifuentes, Roberto Luna Luna y otros  apoyaron ese acto. Cuando termino, don Pedo Ríos Yépez fue nombrado prefecto de Lambayeque.

 

Después es 1925 fue nombrado sub prefecto de Pacasmayo, desempeñando este cargo falleció el 2 de agosto de 1926.

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Nació el 5 de abril de 1854 en San José de Bellavista (distrito de la prov. de Pacasmayo).
Hijo de don José Gregorio Ríos Sisniegas y doña Baltazara Yépez.

Su vida, plena de acción, tuvo episodios de leyenda, que están entrañablemente unidos a la tradición y la historia de nuestra tierra. Sencillo, franco, valiente hasta la eternidad, amante de la libertad; Pedro ríos en el norte del Perú, fue sin duda unos de los auténticos forjadores de la nacionalidad, cuyos caracteres políticos, aun no claramente definidos con su época, corresponden a lo que es hoy el Perú.
Su padre ,rico hacendado ,propietario de los fundos “Ventarrón”, ”Vista alegre” y “La campanita”; procuro por su educación en las más destacada escuela de San Pedro de Lloc ,dirigida por don Antonio Gil y Emilio Gastelumendi,y para conformar su espíritu varonil ,sus inquietudes rebeldes, fue enviado a Lima, en donde curso instrucción media, en el convictorio carolino.
Cuando Ríos Yépez había cumplió 21 años, regreso a San José y se dedico por completo a la agricultura tomando cono arriendo la hacienda “Ñampol”, en sociedad con don Eliseo Salcedo y Ruiz, copropietario de la hacienda “Talambo”.
Al producirse la guerra con Chile, es entonces que don Pedro, lucho con vehemencia instigando al enemigo, en defensa de su patria y la justicia, con la plenitud de su juventud.
La sucesión de vejámenes sufridos sucedidos en nuestra provincia y en los que participo Ríos Yépez.

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