DON JUAN AURICH
PASTOR: ENTRE LA HISTORIA Y LA LEYENDA
Por: José Maeda Ascencio
e-mail: josemaedaas@hotmail.com
(Presidente de Ciencia y Cultura Andina: CICÁN)
Uno de los hacendados
de mas fama en el Perú, es sin lugar a dudas, don Juan José Aurich Pastor:
empresario, político, visionario y
conservador de los bosques de sus tierras feraces; “caballeroso señor” como lo
describe Enrique Brüning en sus fascículo “Jayanca” (1922-89:153);
inmortalizado en el popular tondero anónimo(que inicialmente fue Triste)
“Trescientas Libras de Oro” y en el equipo de fútbol batangrandino que lleva su
nombre; fuente de inspiración de Carlos Camino Calderón en su novela “El Daño” (1973);
aquí un esbozo de su vida.
1.-SUS ANCENTROS:
Su bisabuelo por línea materna fue don Simón de Cornella
Reyne, natural de Moreti en el Reino de España, hijo legítimo de don Francisco
Cornella y de doña Mariana Reyne; testamentó en el pueblo de Lambayeque el 23
de Julio de 1835 (Archivo Dptal. de Lambayeque); contrajo matrimonio con doña
Tiburcia De Estella, natural de España y residente en Lambayeque; falleció años
antes que don Simón; contrajo segundas nupcias con doña Manuela Subimendi, su
sobrina, con quien no tuvo hijos; en el testamento cita como hijos herederos a:
María Asunción, Josefa, Rosario, Francisca y Clara Cornella De Estela. Por el
año 1831 aproximadamente, doña Clara de 44 años y comerciante activa, aparece
casada con don Juan de Auricht, natural de Cataluña, España; su apellido de
origen alemán pronunciado “Orict” procede del pueblo del mismo nombre ubicado
en la parte norte de la actual Alemania; suponemos que don Juan hablaba catalán
y debe haber pertenecido a algún clan de gitanos emigrantes de la Europa
nórdica radicados en Cataluña, tierra de gitanos, toreros y bohemios; residían
en Lambayeque y tal parece que la solvencia económica del matrimonio tenía su
partida en la herencia de doña Clara, cuyo nombre lo perennizaría su nieto Juan
José Aurich Pastor en el llamado Potrero “Santa Clara”,que comprendía un denso
bosque de aprox. 1,200 hás, hoy pueblo de inmigrantes serranos; el matrimonio
por el año 1839, tenía los siguientes hijos Carlota (19 años), Juana (12), Juan
José (11), Josefina (7) y Clara (4) Aurich´t Cornella; la residencia de la
familia contaba con esclavos y un jardinero de apellido Cater (Archivo del
autor).
2.-DON JUAN AURICH CORNELLA
El matrimonio Aurich´t Cornella tuvo cinco hijos, de los
cuales, el tercero, arrendaría la empresa que iniciaría en Batán Grande; don Juan Aurich Cornella, que
empezó a firmar así, nació en el año 1828 en Lambayeque.
Contrajo matrimonio con doña Tomasa Pastor por el año 1866;
tuvieron tres hijos: Juan José, que contraería
matrimonio con doña Juana Bonilla Villalobos; Tomasa, que casó con don
Víctor Montero Kossuth y Clorinda, casada con don Lucio Lizarzaburu; de los
tres hermanos, solo Juan José contrajo matrimonio con una dama andina,
sencilla, del pueblo; en un expediente del año 1898 aparece don Juan Aurich
Cornella como socio de don José María Salcedo Nieto; una hermana de doña Tomasa
Pastor-esposa de don Juan Aurich Cornella- era casada con don Bernandino
Salcedo y Taforo, dueño de las haciendas Mayascón y Mochumi Viejo desde
aproximadamente el año 1860. La Sociedad Salcedo y Aurich tomó en arriendo la
hacienda Batán Grande por el año 1899; los propietarios eran los hermanos
Rafael y Antonio Delgado y Moreno, hijos de don Pedro Delgado Martínez y doña
Carmen Delgado Moreno y nietos de don José Andrés Delgado y Cotera que fuera el
tercer hijo del matrimonio del Dr. José Andrés Delgado Gardeazábal y Tovar y
doña Clara Fernández de la Cotera y Durán Caso, hija del Coronel don Pedro
Fernández de la Cotera y heredera de la hacienda Cicán, que por el año 1860
toma el nombre de Batán Grande; don José Andrés Delgado G.T, abogado quiteño
afincado en Cuenca, fue dueño también de la hacienda Cayaltí. Don Juan Aurich
Cornella ya hacía negocios con los Delgado desde el año 1882; por aquel
entonces figura en un pleito junto a su socio don Esteban Montero Zelada que
adquiere en remate público las haciendas Batán Grande y la Viña de Sancarranco
el 12 de Abril de 1885; la Sociedad Salcedo-Aurich se encontraba en posesión de
Batán Grande que conjuntamente con la Viña tenía una extensión de 28 Leguas
cuadradas según la mensura del Ing. Ernesto la Combe que levanto el plano en
1897 (Tomo I f. 13 de los Registros Públicos-Chiclayo); por aquel entonces-en
1885- Aurich Cornella tenía 57 años de edad y el futuro hacendado, su hijo Juan
Aurich Pastor contaba con 18 años de edad (nacido en 1867), residentes en la
calle 2 de Mayo N° 57 de la evocadora ciudad de Lambayeque; eran vecinos de don
Enrique Brüning que llegó a Chiclayo en setiembre de 1875; cuando la Sociedad
referida desapareció, Aurich Cornella quedó solo como arrendatario del fundo
Batán Grande; Aurich ganó un juicio en la Corte Suprema, por lo que no canceló los mil soles, más 1,146.30 soles
por mora por la compra de arroz hecha a don Rafael Delgado; como testigo actuó
don Nicanor Carmona Vilchez, que después sería prestatario de don Juan Aurich
Pastor para poder comprar la hacienda de los grandes batanes de diorita;
Carmona llegó a ser Ministro de Hacienda y dos veces Alcalde de Lima.
3.– DON JUAN J. AURICH PASTOR: EL HOMBRE Y SU HACIENDA:
Casa Hacienda de Batán Grande, construida por Don André
Delgado Gardeazábal y Tovar.
Nació el 3 de Setiembre del año 1867 en el pueblo de
Lambayeque; su infancia y adolescencia debió haber sido muy holgada, pues su
padre era activo empresario de quien asimiló esta actividad que lo llevaría a
ser propietario del gran fundo a los 45 años edad; precisamente, las gestiones
se inician después del fallecimiento de don Esteban Montero Zelada el 28 de
Diciembre de 1899 sin otorgar testamento; la Viña y Batán Grande entonces,
quedan bajo la tutela de su viuda dona Daría Balta, hija del ex Presidente don
José Balta Montero, casada después con el Sr. Oyaque y Soyer; don Víctor
Montero Zelada tuvo un hijo llamado Víctor Montero Kossuth con doña Blanca
Kossuth que testamentó en Lima el 15 de Mayo de 1902; don Víctor M.K.
testamentó en Setiembre de 1845 y contrajo matrimonio con doña Tomasa Aurich
Pastor teniendo 4 hijos: Hilda; Víctor, Berta y Manfredo; Hilda se casaría con
su primo hermano don Eduardo Aurich Bonilla; todas estas relaciones que
conformaron el clan Montero – Aurich y viceversa, se inician con las
conversaciones que realizó don Juan Aurich Pastor en París, ciudad en donde
llegó a residir doña Daria Balta Vda de Montero; sabemos que la Sra. Balta
había recibido atractivas propuestas para vender la hacienda Batán Grande;
finalmente, favorece a don J.A.P. con la venta de la hacienda de los más densos
bosques secos de la Costa del Pacífico.
La promesa de venta se hizo el 1° de Diciembre de 1912,
según Escritura Privada firmada en París por los herederos Montero y Balta y
doña Daria Balta; la Escritura de Venta Real la recibió don J.A.P, el 26 de
Abril de 1913 ante el Notario don Adolfo Prieto, quien hizo constar el precio
de 67 mil Libras Esterlinas o 70,215 Libras Peruanas; así, el 14 de Mayo de
1915, la hacienda, antes conocida como “San Nicolás de Sicán” o “Cicán”, nombre
de un inmigrante étnico sechurano cobrador de tributo por el año 1530,quedaría
asentado con el nombre de “Batán Grande”, que había sido solo el nombre de un
paraje (“Batán”) dentro de la jurisdicción de la hacienda Cicán; los documentos
también lo refieren como el paraje “El Molino”; la propiedad se ampliaría con
el devenir de los años, cuando se compra el fundo “La Tina” en el lado Sur –
Este del pueblo de Lambayeque y la hacienda “La Huerta” al Este de la hacienda
Llaque de don Víctor Montero Kossuth; don J.A.P. trasladó su residencia a la
hermosa Casa Hacienda de Batán Grande que había construido la familia Delgado y
Cotera por el año de 1830 (un expediente de partición de bienes, los Delgado y
Cotera hermanos declaran ya la casona en 1866 con los ambientes que posee
actualmente); incluso sabemos que en la “tapiada” catacumba que se ubica en el
ex taller de mecánica, se han leído las tumbas de algunos miembros de la
familia Delgado y Lizarzaburu; los Delgado habían decidido dejar el antiguo
asentamiento residencial de los hacendados coloniales, como los Barbarán
(1597), los Villavicencio y Ulloa (1612), los administradores de la Compañía de
Jesús (1691), los De la Parra y los Fernández de la Cotera (1782) que habían
“residido” en las inmediaciones de huaca “La Soledad” y después, cerca al
caserío “Las Astillas” o “La Zaranda”
(lo hicieron, por lo menos, su albaceas o administradores). Don Juan Aurich
Pastor, ya hacendado, se enamora de una modesta dama que visitaba la hacienda los
fines de semana por actividades comerciales; se dice que los presentó don
Moisés Díaz Relaiza, su capataz de confianza; de mediana estatura, blanca y
andina de pelo largo y castaño, doña Juana Bonilla Villalobos se convirtió en
la consorte de don Juan; el amor pudo más que cualquier otro interés de enlace
matrimonial; don JAP pudo tal vez, haberse casado con alguna dama de la
aristocracia norteña o limeña; el matrimonio tuvo nueve hijos: Juan, José,
Gilberto, Eduardo, Guillermo, Jorge, Rosa, Edmundo y Oswaldo; en su testamento
incluyó a su hija doña Blanca Elvira Aurich Santoyo; tuvo además dos hijos. Don
Hector Aurich Soto (ferreñafano) y don Víctor Aurich Lora, de Mayascón.
La participación de don J.A.P en las fiestas populares
resulta interesante, ya que es un caso
singular de la convivencia entre el hacendado y la gente del común;
estas fiestas eran los esperados carnavales en los que don Juan acostumbraba
salir de la Casa Hacienda para bailar una marinera debajo de la “yunza” con
doña Jesús Arrunátegui; sus hijos heredaron esta costumbre.
Otra gran celebración que se esperaba cada año era el 24 de
Junio, cumpleaños de doña Juana Bonilla; las celebraciones perduraron hasta
1952, según recuerdan sus hijos; grandes fiestas con visitas de vivanderas y
gitanos como la de la Cruz de Pativilca fueron decayendo con el devenir de los
años; aún viví las grandes ferias de la Cruz por los años setenta; los
problemas financieros ya se dejaban sentir a comienzos de los cincuenta en la
gran hacienda que don Juan solía recorrer a caballo junto a Moisés Díaz
Relaiza, su capataz y amigo, y uno de nuestros informantes.
Para ampliar la frontera agrícola, hizo construir el canal
de Patapón en la que trabajó un robusto moreno apodado “quinientas barras”; se
le recuerda porque era campeón en cumplir las famosas “tareas” de campo;
decimista y cantor, según me comentó el ya fallecido octogenario Manfredo Ruíz
(Pacheco”); fue después de las lluvias que don Juan hizo construir la campana
de bronce que aún hoy repica en la moderna Iglesia; sus tintanes han servido
también de alarma cuando se salía de su cauce el río La Leche (Lamcarlech o
“Cabeza de Agua”) o cuando habían problemas en la población; la necesidad de
regularizar técnicamente el regadío de los campos de arroz, le hizo contratar a
don Mateo Carrión y a un tal Saldarriaga, ferreñafanos que a base de “diablo
fuerte” (cemento, cal y arena) hicieron las compuertas que aún hoy funcionan
(inf. oral de don Augusto Tello Tello, el gran “Pitijuí”, albañil y
futbolista); la hacienda atrajo también a gente criolla e inmigrantes japoneses
y chinos; aquí nacieron los Nakasaki Díaz (en Motupillo), hijos de don Roberto
(Chikao) Nakasaki Maeda; la huerta de “El Zanjón” fue cedida a mi abuelo don
Einosuke (Enrique) Maeda Taka, que hizo fama a la hacienda con su piñas de 35
libras de peso, muy dulces, así como los grandes limones; barbero, fontanero
(“restaurant”) y amigo de don JAP; los Tokomura se afincaron en Pativilca;
Gotto que hablaba japonés y coreano se quedó en Batán Grande; aquí afincaron
también los Arbulú, los “camarones” Siancas, el alemán Germán Gorbitz (padre),
Pancho Figueroa, que según me refirió el Ing. Vasallo, emigró a Alemania en
donde fue soldado durante la Primera Guerra Mundial; fue hijo de don Pedro
Figueroa Fuentes; criollo con mucha “chispa” fue también Panchito Linares;
pioneramente como agricultor y ermitaño,
el prof. Karl Weiss Schereiber se instaló en el potrero “La Merced” en donde
arrendando “una fanegada de tierras (2 hás) por un plazo de 10 años y la merced
conductiva de cincuenta soles de oro anuales…” (Tomo 30 Reg. Públicos –
Chiclayo; asiento 1637); era el año 1943; aún algunos ancianos recuerdan a los
chinos Asán, Afá, Cufá, Adoce y Alai; estos últimos cambiaron su apellido por
Cisneros; eran inmigrantes “culies” o hijos de éstos que vivieron en el Galpón
que hoy es la calle “Calpón”; allí dejaron como símbolo de su transculturación
y su conversión al catolicismo la tradicional e histórica Cruz de Calpón, que
un ignorante alcalde hizo erradicar, cruz que también veneró la población
esclava negra quizás por cerca de dos siglos.
Foto : José Maeda A.
Don J.A.P fue también un personaje envuelto en episodios
históricos como las montoneras, como enemigo de los que se levantaron ya para
derrocar a un gobierno o para pedir equidad en el reparto de tierras y agua; mi
informante, negro muy viejo cuando yo adolescente, don Ignacio Saavedra
Mocarro, recordaba la incursión en la hacienda de don Teodoro Seminario y
Váscones, ayabaquino que se levantó y apoyó a don Nicolás de Piérola en 1894,
contra el Gobierno de Andrés A. Cáceres; llevaron a José María Salcedo “El
Comercio 10 Julio de 1894); tomaron prisionero a don Juan y a su cuñado Lucio
Lizarzaburu; don Ignacio, hijo de africanos, recordaba hombres a caballo; nos
dijo que Teodoro Seminario lo llamó y le dió unas monedas para que le compre
tabaco en una tienda de chinos de la hacienda que por entonces la tenía don
Juan en arriendo a los dueños también de La Viña: los Montero.
En 1910, otra montonera llegó a Batán Grande y tomó de rehén
a don J.A.P; el líder, el presbitero y casi legendario Casimiro Chumán
Velásquez quien lo condujo en caballo hasta Motupe; dos fieles trabajadores del
hacendado fueron hatados a la cola de los caballos patrón y así siguieron al patrón todo el
recorrido hasta Chóchope; uno de ellos se llamó Juan “Serrano” Saavedra que era
mayordomo de la Casa Hacienda; don J.A.P.ya era diputado; se dice que don Juan
tuvo que pagar un cupo de veinte mil libras (1 libra = 10 soles) a favor de la
montonera; el hecho fue cantado en diversos tristes y cumananas por el cantar
anónimo popular, una de esas versiones fue grabada con ritmo de tondero con el
nombre de “300 libras de Oro”, llevado al disco por el ferreñafano José Mena
Tello ; ha sido investigado tamben por Julio C. Sevilla Exebio en un trabajo
titulado “La Montonera del Cura Casimiro Chumán” (1986) (ver también “Rebeldes
de Batán Grande: Montoneras “de José Maeda A.; La Industria de Chiclayo
(17-02-87). Batán Grande era en efecto, objetivo codiciado por montoneros; de su riqueza ya escribe Carlos
Bachman en 1921, quien apuntó que: “hay agua suficiente para regar cien mil
hectáreas… producía unos 10,000 fanegas de arroz en cáscara de 12 arrobas cada
fanega, los mismos que se llevaban a beneficiar al Molino Nacional de Chiclayo
de don Virgilio D’allorso”.
Batán Grande, 1983. Foto: José Maeda A.
Batán Grande entonces, no tenía molino; recién se adquirió
uno en 1940 cuando quebró la hacienda “La Otra Banda”; el molino operó desde
1941 y fue vendido en los ochenta a un Sr. Peralta; aún está grabado en acero
el año de su instalación en el viejo portón del molino; Bachman documenta
también que se producía unas 2,500 fanegas de maíz de 36 arrobas (cada una)…
que se expenden en Piura y Lambayeque, aunque el citado autor no llegó a
conocer Batán Grande ni la Viña; la mano de obra la constituían colonos que desde 1905 habían llegado en
“contratas” o “enganches” que vinieron de Catacaos y Motupe ( estos últimos
colonizaron “Motupillo”) cuyos enganchadores percibían 20 centavos por tarea de
cada peón; los “enganchados” percibían un sol por día. Por el año 1920, Batán
Grande tenía unos 400 habitantes que residían en “rancherías” y otros en las
campiñas; llegaron nuevos ciudadanos chinos. El autor aún recuerda cuando niño
me iba a comprar al “tambo” de don Juan Chéa; él y sus hijos abastecían a toda
la población mediante el sistema de apuntes de libreta que después continuaría
don “Puche” Vilela, arquero, jugador de maracas, peluquero, cartero y
empresario; el chino Chéa y familia (era viudo), recuerdo, se fue después que
los Aurich Bonilla fueron desalojados por Reforma Agraria en 1968; fue de
madrugada; se despidieron llorando y reventando cuetes; yo escuché el bullicio
y lamentos de despedida desde mi cama; don Juan Ché, caballero señor, falleció
a los pocos años en Chepén; ha dejado un hijo (Ricardo), nietos, bisnietos y
muchos recuerdos en Batán Grande; conservó una foto sepia del elegante
inmigrante oriental con un recuerdo para mi padre don José Maeda Montenegro:
“Recuerdo de su amigo Juan Chéa – 1970); eran gente que apreciaba el hacendado
e hijos.
La vida de don Juan Aurich Pastor transcurrió entre el mundo
comercial y social de Lambayeque y la tranquilidad de su casona en Batán
Grande; por temporadas residía en la también bella Casa Hacienda de Mayascón,
apacible y rodeada de una hermosa huerta y cultivos de cacao que hoicieron de
esta propiedad, la primera hacienda industrial en su género, productora del
famoso “Chocolate Mayascón” y de sus exquisitas paltas del mismo nombre; una
tarde recorriendo los campos de Patapón, contemplando los cultivos desde su
caballo junto a su leal e inseparable amigo don Moisés Díaz, hizo una parada y
nostálgico le dijo: “Moisés ¿Qué irán a ser de éstas tierras cuando yo muera?”;
premonitoria interrogante… Batán Grande no sería igual de próspera después de
su fallecimiento; solía descansar y meditar en el tradicional y hermoso tronco
de algarrobo que aún se conserva y que los batangrandinos conocen como “el palo
del consuelo”. Ya enfermo viajó a Lima en donde lo atendieron los médicos
Valentín y Olaechea; lejos, muy lejos de sus campos, de su hacienda, de su
solariega casona, de sus trabajadores y amigos, falleció uno de los hacendados
más famosos del Perú, pero poco conocido en su real faceta de ser humano, de
empresario, de caballero; fue un aciago día del 21 de Abril de 1935… el viaje
sin retorno lo hizo a los 68 años de edad.
P.D.:
El Autor ha escrito cinco tomos, aún inéditos sobre la
arqueología y la historia de Batán Grande investigando Archivos Públicos y Privados y recogiendo
información oral; agradece a los
hermanos Aurich Bonilla por las largas horas de entrevistas que le concedieron,
en especial a don José, Guillermo, Edmundo y Oswaldo; de ellos, solo don
Guillermo aún vive; reside en Chiclayo.
Ferreñafe, Perú, Enero del 2005
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